TALE OF TWO HEARTS -- DEUX COEURS -- EL CARINO DE DOS CORAZONES

We decided to meditate on the spiritual reality of the two loving hearts of Jesus and Mary.  It makes us happy to be able to be embraced so warmly by two heavenly hearts.
The love of the Son and of His Mother move us to virtue when we keep them close to our own heart.
Mary is also a great lover and so we venerate her reconciling heart.  In the icon she is robed in red with a blue cloak...Blue signifies her humanity and the red signifies her Son's divinity.  As loving and as heavenly as Jesus is, even while in His mother's arms, she os also depicted with a dagger through her heart.  We are reminded of her tears and the great pain she displayed at La Salette.  We are reminded that closeness to Jesus is also closeness to the Sacrifice that atones for our sins.  As we go through this time of our novena, let us stay close to Mary and Jesus, in the aura of the warmth of the love that emanates from their merciful hearts.
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Nous avons décidé de méditer sur la réalité spirituelle des deux cœurs amoureux de Jésus et de Marie. Il nous fait plaisir de pouvoir être adopté si chaleureusement par ces deux cœurs célestes.
L'amour du Fils et de sa Mère nous approchent de la vertu quand nous les gardons à proximité de notre propre cœur.
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Nos decidimos a meditar sobre la realidad espiritual de los dos  corazones amantes de Jesús y María. Nos alegra poder ser abrazado tan calurosamente por estes dos corazones celestes.
El amor del Hijo y de Su Madre nos mueve a la virtud cuando los mantenemos cerca de nuestro propio corazón.
María es también un gran amante y así que veneramos su corazón reconciliador. En el icono que está vestida de rojo con una capa azul ... azul significa su humanidad y el rojo representa la divinidad de su Hijo. Tan carinoso y tan celestial como Jesús es, aun esta en los brazos de su madre, ella también está representado con una daga en el corazón. Esto nos recuerda las lágrimas y el gran dolor que demuestre en La Salette. Se nos recuerda que la cercanía de Jesús es también la cercanía al sacrificio que expía nuestros pecados. A medida que avanzamos a través de este tiempo de nuestra novena, nos mantengamos cerca de María y de Jesús, en el aura de la calidez del amor que emana de sus corazónes misericordiosos.